Más allá del algoritmo
Diseñar productos que entienden a las personas

La Inteligencia Artificial (IA) ha dejado de ser una promesa futurista para convertirse en una herramienta cotidiana. Desde recomendaciones de series hasta diagnósticos médicos, su presencia es innegable. Sin embargo, una verdad persiste: sin comprender a las personas, la tecnología pierde su propósito. Aquí es donde entra la investigación de usuarios (user research).
IA sin empatía no sirve
Imagina una IA que resuelve problemas complejos pero no está diseñada para personas reales. ¿De qué sirve un sistema que nadie entiende o que genera más frustración que soluciones?
El desafío actual es combinar el poder de la IA con una comprensión profunda del usuario. No se trata solo de eficiencia, sino de relevancia y utilidad para quienes la usan.
¿Qué pasa cuando se combina IA + investigación de usuarios?
La investigación de usuarios busca entender comportamientos, emociones, necesidades y motivaciones. Al cruzar esta información con IA, el impacto se multiplica:
- Sistemas más intuitivos: los algoritmos aprenden de datos, pero también pueden aprender de insights humanos.
- Mayor adopción: cuando los productos están alineados con las expectativas reales de las personas, se usan más y mejor.
- Mejores decisiones de negocio: no se invierte a ciegas, sino con un mapa claro de lo que necesita y valora el usuario final.
¿Cómo integrar la IA al proceso de investigación?
Sin revelar los secretos del oficio, aquí compartimos algunas buenas prácticas para integrar IA en las fases de investigación de usuarios:
- Análisis de datos cualitativos: con herramientas de procesamiento de lenguaje natural (NLP), es posible detectar patrones, emociones o temas clave en entrevistas y encuestas abiertas.
- Automatización de tareas repetitivas: transcripción, organización de respuestas o clustering temático se pueden hacer más rápido y con menor margen de error gracias a la IA.
- Generación de hipótesis más sólidas: mediante análisis predictivo, la IA permite anticipar comportamientos o reacciones y enfocar mejor las pruebas o prototipos.
Eso sí: la IA no reemplaza al investigador, lo potencia. El criterio humano sigue siendo esencial para interpretar contexto, formular preguntas clave y conectar emocionalmente con las personas.
Ejemplos que ya están pasando
Salud: El caso de Watson for Oncology de IBM reveló que incluso con potentes algoritmos, la falta de validación con usuarios reales puede llevar a recomendaciones inapropiadas. El fracaso fue analizado como una lección de por qué el diseño centrado en el usuario importa.
IBM Watson Oncology – Análisis del caso
Legaltech: DoNotPay ofrecía automatización de servicios legales vía IA, pero fue cuestionada por ofrecer servicios sin el debido respaldo legal. La FTC intervino. Este ejemplo muestra cómo una herramienta sin investigación profunda de usuario y sin validación ética puede cruzar líneas peligrosas.
The Verge sobre DoNotPay
- Educación: Squirrel AI, plataforma china de aprendizaje adaptativo, ha mostrado mejoras significativas en rendimiento escolar gracias a su personalización basada en IA. Esto es posible por su combinación de algoritmos y análisis de comportamiento de estudiantes reales.
Estudio en arXiv sobre Squirrel AI
El riesgo de diseñar desde el escritorio
Muchas soluciones de IA fracasan porque se diseñan desde la comodidad del escritorio. Sin hablar con usuarios, sin observarlos, sin entender lo que realmente necesitan o sienten. Esa desconexión genera herramientas impersonales, difíciles de adoptar o simplemente irrelevantes.
¿Y entonces, qué hacemos?
- Incluir la investigación de usuarios desde el inicio del desarrollo de IA.
- Probar prototipos reales con personas reales, desde etapas tempranas.
- Diseñar con empatía, no solo con datos.
- Utilizar IA para potenciar el análisis, pero sin perder la mirada humana.
La IA es poderosa, sí. Pero el verdadero poder está en combinarla con la capacidad humana de observar, escuchar y entender.
El futuro no se trata solo de algoritmos más inteligentes, sino de tecnologías más humanas. La mejor IA no es la que más sabe, sino la que mejor entiende a las personas.
Cuando la inteligencia artificial se pone al servicio del user research, dejamos de hablar solo de innovación… y empezamos a hablar de transformación real.
En Quark-i by legalnova combinamos investigación de usuarios con IA para ayudarte a tomar decisiones rápidas, informadas y centradas en el cliente.