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El futuro del sector legal: ¿Qué le deparará a los abogados?

El futuro del sector legal:
¿Qué le deparará a los abogados?

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Klaus Schwab -Fundador y Presidente Ejecutivo del Foro Económico Mundial- señaló en 2016 que “Estamos al borde de una revolución tecnológica que alterará fundamentalmente la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos con los demás”Schwab se refería a la cuarta revolución industrial. El último hito en la evolución humana que ha alterado el status quo produciendo un nuevo orden en el mundo. La gente y las empresas han sido testigos de cómo Internet y los medios digitales están transformando casi todas las interacciones sociales posibles. Como consecuencia, los modelos de negocio establecidos desde hace mucho tiempo se ven obligados a aceptar los cambios, los retos y las oportunidades que traen consigo las nuevas tecnologías y la innovación

Sin embargo, no todas las industrias han experimentado el mismo ritmo. Por ejemplo, la profesión jurídica tiene un largo camino por delante para enfrentarse a los sectores altamente innovadores. La propuesta de valor que ofrecen los abogados sigue siendo fiel a su cultura tradicional. Sin embargo, los abogados están empezando a dar importancia a la transformación. Tal vez el debate actual más significativo en la industria jurídica se refiere a su futuro. En la actualidad es habitual encontrar webinars, seminarios e investigaciones académicas que abordan cuestiones sobre las habilidades que deben adquirir los estudiantes de derecho, la tecnología jurídica, el diseño jurídico o la innovación jurídica. 

Como ha demostrado la investigación, el conocimiento de las tendencias de la industria es vital para que las organizaciones se destaquen. Los estudios sobre la capacidad de la empresa para abordar los entornos cambiantes tienen una larga historia. Por ejemplo, en una investigación exhaustiva sobre la gestión estratégica y la innovación, Teece (1997) introdujo la teoría de las capacidades dinámicas. Teece sostiene que la capacidad de la empresa para lograr formas nuevas e innovadoras de ventaja competitiva comienza por detectar y dar forma a las oportunidades. Además, Álvarez y Barney (2007) señalan que los empresarios deben descubrir o crear oportunidades para ganar mercado. Por lo tanto, los abogados están trabajando en la dirección correcta reconociendo lo que el futuro depara a los servicios jurídicos. 

El objetivo específico de este ensayo es ayudar a comprender lo que puede deparar el futuro a los abogados y los factores que influyen en ese destino. Por lo tanto, en las páginas siguientes, trataré brevemente las señales fuertes que podrían ser decisivas para determinar la nueva industria del derecho. 

La industria del derecho ha demostrado ser una de las últimas en adaptarse. En términos generales, los despachos de abogados son tradicionales y formales, con una tolerancia casi inexistente al riesgo o a la incertidumbre. Por lo tanto, los abogados se quedan atrás en comparación con otras industrias a la hora de adoptar nuevas tecnologías. No obstante, muchos académicos opinan que el sector ha venido resistiendo una mayor presión para admitir que el cambio es inminente. El modelo de negocio jurídico y su cultura están empezando a experimentar una transformación drástica como resultado de las siguientes razones: 

  • Covid-19

Aunque pueda parecer contrario a la intuición, la crisis del coronavirus no desencadenó el debate sobre la transformación digital. En los últimos años se ha observado un creciente interés por la digitalización de las economías. Por ejemplo, el modelo de negocio del periodismo fue interrumpido por Internet mucho antes de la Covid-19. Permitió la aparición de nuevos competidores, creó estructuras alternativas de ingresos y revolucionó las relaciones con los usuarios. Además, los negocios de fintech cambiaron para siempre los servicios financieros. Los clientes tienen ahora acceso a bancos 100% digitales que ofrecen mayor seguridad, sin tarifas ocultas y una mejor experiencia para el usuario (y digital).

En la misma línea, las conversaciones de tendencia sobre el futuro de la profesión jurídica estaban surgiendo no mucho antes del brote de la Covid-19. Los posibles desafíos para la industria que podrían plantear los nuevos participantes y los servicios y tecnologías novedosos se estaban examinando como escenarios a mediano plazo. Sin embargo, la conciencia de los abogados de transformar rápidamente sus medios tradicionales para apoderarse del mercado, está atrayendo una atención crítica considerable después de un año de pandemia.

Los cierres y el distanciamiento social en todo el mundo presionaron la adopción de nuevas formas de trabajar e interactuar con los clientes. Las empresas se dieron cuenta de que para hacer frente a la nueva normalidad era necesario transformar y reorientar sus activos. La industria jurídica se vio obligada a aceptar que la adopción de cambios en su cultura y sus fuertes tradiciones es vital y, lo que es más importante, factible.  

  • Tecnología y derecho (tecnología jurídica)

Recientemente, ha habido un creciente interés en la introducción de tecnologías en el sector jurídico. El concepto de tecnología jurídica es cada vez más familiar para los estudiantes y los abogados, tanto en el ámbito académico como en el empírico. Por una parte, las principales facultades de derecho de todo el mundo están comenzando a incorporar la tecnología jurídica en los cursos de licenciatura y de posgrado, así como en los programas de educación ejecutiva o de desarrollo profesional continuo. Por otra parte, la investigación académica en la que se debaten temas y preocupaciones de la tecnología jurídica está alcanzando récords cada año. 

Por otra parte, el número de empresas de tecnología jurídica incorporadas en varios países está aumentando. Asimismo, están captando más fondos y capital de los inversores que nunca antes. Además, profesionales entusiastas y heterogéneos están creando ecosistemas y asociaciones. Por ejemplo, ELTA en Europa, UKTA en el Reino Unido, Avotech en Francia, ASEAN en el sudeste asiático, Alt+co en Colombia e ILTA son algunos ejemplos de estos grupos que están surgiendo a nivel mundial. 

  • Nuevos participantes

La expansión de las empresas legales de nueva creación podría ser una nota de cautela para entender el futuro de la industria legal. Las empresas establecidas se ven ahora desafiadas por los nuevos participantes que están reestructurando los límites del mercado. Así, las empresas tradicionales están reconociendo la seriedad de la mejora de su competencia innovadora.

Christensen (1997) observa que las novedades perturbadoras se distinguen generalmente en dos grandes mercados que con frecuencia son descuidados por los titulares. Los clientes menos exigentes constituyen el primeroEl segundo se refiere a los nuevos segmentos sin usuarios previos. Por lo tanto, el proceso de desarticulación suele estar vinculado a las propuestas de valor ofrecidas por las nuevas empresas, y no por las empresas tradicionales. 

Los empresarios jurídicos están aplicando estrategias y conceptos de innovación que están remodelando la industria. La cultura tradicional en la que el abogado reemplaza la relevancia del cliente está cambiando. Ahora hay desarrollos iterativos de productos mínimos viables (MVP) vinculados con tecnologías y nuevos servicios que ofrecen una perspectiva novedosa de la interacción entre el derecho y los clientes. 

  • Servicios novedosos

La adopción de tecnologías y la aceleración de la innovación no sólo están mejorando los procesos actuales de la industria, sino que también están generando oportunidades para ejecutar actividades (y ofrecer nuevos servicios jurídicos) que antes no eran posibles. Por lo tanto, las empresas de nueva creación están poniendo a disposición de los clientes soluciones más baratas, sencillas y convenientes. Los grandes datos, la inteligencia artificial (IA) y el diseño jurídico ilustran la nueva ola de servicios jurídicos. 

Los estudios existentes sugieren que los grandes datos mejoran el sector jurídico en dos puntos. En primer lugar, crear eficiencias para las organizaciones. Por ejemplo, permite la predicción de costos, mejorando las estrategias de facturación y gestión del tiempo y ayudando en la asignación de recursos. En segundo lugar, los grandes datos tienen el potencial de reorientar la propuesta de valor a los clientes. Se está utilizando para el análisis judicial. En otras palabras, para anticipar cómo los jueces podrían resolver los casos. Esta cuestión ha cobrado importancia a la luz de un reciente debate en Francia, donde los legisladores optaron por prohibir esta práctica.

Además, la IA está reformando la industria. En primer lugar, puede liberar a los profesionales de las rutinas operativas, concediéndoles más tiempo para ocuparse de las tareas pertinentes. Por ejemplo, la IA se está utilizando para buscar documentos, casos y precedentes. Además, la IA está permitiendo que más personas tengan acceso a los servicios jurídicos. Con la ayuda del aprendizaje automático, se están introduciendo los “chatbots” para resolver las preguntas frecuentes de los clientes. Además, se están creando contratos automáticos de alta calidad, que ofrecen contratos más baratos a los clientes que podrían no estar interesados en contratar un abogado.

Por último, el diseño jurídico está contribuyendo a la nueva era del derecho. Además de las tecnologías de la forma, la innovación también tiene un papel destacado en el futuro de la industria. Una visión centrada en el usuario está expandiendo el negocio jurídico a nuevos mercados. El diseño jurídico es el resultado de la aplicación de las teorías de la innovación como pensamiento de diseño para mejorar la experiencia del usuario. Hacer que la ley sea más accesible, comprensible y utilizable es el objetivo final. Por lo tanto, los abogados se están adaptando para hacer frente a las necesidades de los clientes que exigen soluciones alineadas con las expectativas de la interacción con los usuarios finales.

Conclusión

Este artículo se propone explorar la influencia del brote de Covid-19, las tecnologías de nuevos entrantes y la innovación en el futuro del derecho. Percibir las señales del mercado es el primer paso para sostener o alcanzar una ventaja competitiva. Por lo tanto, este artículo podría ayudar a establecer una estrategia para hacer frente a un entorno rápidamente cambiante y a la incertidumbre. 

El coronavirus precipitó la transformación digital de la industria del derecho. Demostró a los abogados que es necesario y factible cambiar la cultura jurídica tradicional. Además, la conciencia en torno a la combinación de las tecnologías y el derecho está aumentando. El mundo académico y los profesionales están empezando a desarrollar capacidades en torno a la tecnología jurídica. En la misma línea, las empresas de nueva creación están ofreciendo servicios innovadores como el diseño legal que podría traer reformas dramáticas. 

Podría ser cuestión de tiempo antes de que nos enfrentemos a la interrupción de la industria legal. Sin embargo, lo que le espera a los abogados podría no ser nada diferente de lo que ya han pasado otras industrias. 

No estamos desarrollando nuevas tecnologías. Los grandes datos, la IA y el aprendizaje automático han estado ahí antes de su introducción en el sector legal. Del mismo modo, el pensamiento de diseño y el método de arranque magro que apoyan la innovación legal son teorías bien conocidas que se estudian en la gestión. Hay muchos ejemplos de mercados que ya los han introducido para concebir productos y servicios novedosos. Por lo tanto, mi último consejo es que se examine más de cerca lo que otros mercados experimentaron antes para comprender a qué puede enfrentarse el modelo de negocio jurídico. 

Tal vez, una ventaja de ser un adoptador tardío (es decir, una industria reacia a los cambios), es que podemos aprender de las experiencias de otros sectores. Aprovechar las oportunidades y evitar cometer errores puede ser más fácil para nosotros si reconocemos el pasado.  

1. Christensen, C. M. (1997) The Innovator’s Dilemma: when new technologies cause great firms to fail. Boston, USA: Harvard Business School Press.

2. Teece, D. J., Pisano, G., & Shuen, A. (1997). Dynamic Capabilities and Strategic Management. Strategic Management Journal, 18(7), 509–533.

3. Alvarez, S. and Barney, J. (2007). Discovery and Creation: alternative theories of entrepreneurial action. Strategic Entrepreneurship Journal, 1(1-2), pp.11-26.

4. Schwab, K (2016). The Fourth Industrial Revolution: what it means, how to respond. World Economic Forum, [Online], p. 1. Available at https://www.weforum.org/agenda/2016/01/the-fourth-industrial-revolution-what-it-means-and-how-to-respond/  

The lawyer’s dilemma: challenges for law firms adopting legal tech

The lawyer’s dilemma: challenges for law firms adopting legal tech

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  • Daniel is an experienced Banking Lawyer with an MSc in Innovation Management and Entrepreneurship from The University of Manchester. He participated as a researcher of The Manchester Law and Technology Initiative and worked in Bancolombia as In-house Counsel and Innovation Champion. Currently, he lives in Colombia where he co-founded “Derecho + Innovación”. A digital startup that brings together law and innovation. He is a member of the Board of Directors of the Colombian Association of Legaltech (alt+co). He has written for The Legal Technologist, Business Year and The University of Los Andes and is a public speaker about digital transformation.

In 2019 I submitted my MSc dissertation on the factors that influence the allocation of resources on legaltech inside law firms. As part of the research process, I interviewed senior management personnel at three incumbents in the UK, collected comprehensive secondary data from sources including Deloitte, PwC, Thomson Reuters, Raconteur and The Law Society. Furthermore, Statista and Factiva databases were examined, and prominent magazines including the Financial Times and Forbes were reviewed as well.

Transformation in the Legal Industry

The study found a growing interest in technologies for the law industry. I identified more than 30 unique factors affecting investment decisions in legaltech. These were grouped into 13 themes. 

Surprisingly, a pandemic was not mentioned as a driving force in any of my interviews or research. Today, there might be no greater incentive to adopt legaltech than the COVID-19 outbreak. The world has changed. Businesses around the world are realising the importance of digital transformation for surviving and thriving in these uncertain times. Any doubt about the benefits of technologies for improving the business model should now be resolved. 

The legal industry has been characterised as conservative with a low tendency for reinvention and change. The legal business model remains practically the same as it was centuries ago. Similarly, the legal profession is taught and law is practised in roughly the same way as it always has been. In contrast to other industries, the legal sector has still not been significantly disrupted by the advent of new technologies. However, this situation may change dramatically in the upcoming years as innovation gains a higher priority in lawyers’ agendas. The chart below illustrates this argument clearly. It shows the publications related to legaltech from 1974 to 2019. What stands out is the rapid growth of the rate of research about technologies and law over the last ten years — an increase of 639%. This rate is likely to increase in the upcoming years as legaltech gains prominence.

(Factiva, 2020)

Digital transformation of the legal profession is becoming more relevant. Yet, it’s still far from being a game-changer of the industry. For instance, the number of fintech publications in Factiva was close to 115,000 in 2019, compared with just 1,389 found about legaltech. It is clear the digital journey is just beginning for law firms. 

The extent to which the digital transformation affects the legal industry remains unclear. Thus, this article attempts to resolve some questions that, as a lawyer, you might have regarding the future of our profession. 

The Lawyer’s Dilemma

At this point of my article, you might be thinking that lawyers must adopt legaltech as soon as possible. The answer isn’t so straightforward. Business management literature has long recognised the difficulty of introducing substantial changes inside established organisations. A key study by Christensen (1997) introduced the concept of the Innovator’s Dilemma. It is a paradox in which the manager must decide whether to pursue different markets with novel value propositions or to stay focused on mainstream customers. In other words, it is a decision about whether to maintain the existing business model or push to transform it.

There are plenty of examples of businesses that have come across this paradox. Kodak and Lego are two of them. The former failed to adapt and change and was outcompeted by new entrants offering innovative solutions to customers. The latter reinvented its business model. Among other pivots, Lego went digital and made strategic alliances with relevant partners such as Marvel and Warner Brothers. The rest is history. 

While the Innovators’ Dilemma isn’t necessarily related to the adoption of tech, it might help us understand the resistance encountered by firms during this decision-making process. The legal services revenue results from previous years are remarkable. During 2019, growth records were achieved by lawyers in multiple countries, including the UK. Law firms are reaching a historic level of performance without legaltech. It is therefore worthwhile asking whether the legal sector actually needs to adopt new technologies.

It is reasonable to conclude that law firms are facing the Innovator’s Dilemma. Start-ups around the world are introducing legaltech solutions. New players are creating different services from those that markets are used to. At the same time, the majority of incumbents do not seem to be bothered about transforming. I propose that we are facing a Lawyer’s Dilemma which is inhibiting innovation.

How can law firms adopt new technologies? 

A key step forward is to consider the features of different technologies, including the differences between sustaining and disruptive ones. Recognizing their likely impact on the legal market is critical to decisions on whether to adopt legaltech solutions. Lack of in-depth knowledge about different technologies and the extent to which they operate may lead to rushed conclusions. For instance, there is a widely-held but questionable view that machines will fully replace lawyers.

Technologies should be adopted in light of a firm’s business model. Law firms can invest in new technologies that improve their offering and customer service, transform a firm’s value proposition, and increase profit margins.

Investment in legaltech is often limited by factors beyond the technology itself. For instance, the culture of the legal profession is a significant barrier. Lawyers’ time-driven mindset and the billable hour model are two key contributors to the cultural block against legaltech. Furthermore, the lack of a sense of urgency makes leaders feel that technological leverage isn’t necessary. Fear also might be a crucial impediment. Change is unlikely if leaders are afraid of the process or its consequences. Anxiety surrounding what technology may do to the industry is in turn fed by a lack of understanding of its real benefits and consequences.

The adoption of technologies is an innovation process in which an organisation reconfigures its assets to incorporate technologies according to customers’ demands. Rogers (2003) defines the innovation-decision process as a sequence of consecutive steps in which a decision-maker moves from acquiring information about the new thing to the execution of the decision. There are five steps in Roger’s model, shown in the figure below. Understanding the steps of this process aids in identifying which barriers must be overcome.

The Innovation-decision process. Rogers (2003)

The persuasion stage is particularly relevant. Here, the leader forms a viewpoint of the new technology, considering five attributes of the innovation:

  • a) Relative advantage;
  • b) Compatibility;
  • c) Complexity;
  • d) Trialability; and
  • e) Observability. 

The acceptance of the new technology will be faster if these five attributes are part of its features, according to Rogers.

A business strategy should encourage firms to invest in new technologies. When the venture’s scope and legaltech are aligned, investment is more achievable. Market perception is another driver for innovation. The extent to which clients perceive the innovative capability of the firm and the pressure of competitors adopting tech may boost the adoption pace. Finally: knowledge. Law firms that comprehend new technology are keener to adopt it.

Lawyers will not escape the fourth industrial revolution. All businesses are adopting new technologies to improve processes, become more efficient, and produce superior services and products. There is no reason for us to fall behind. What matters is that lawyers remain updated about these trending topics, so that they can make informed decisions on adoption and to avoid falling prey to the lawyer’s dilemma.

Daniel Acosta